27/08/2021

Para qué sirven los procesos de evaluación

Como docentes, estamos muy acostumbrados a evaluar (es cierto, también a ser evaluados, aunque con menos práctica). Esta experiencia y cotidianidad de la evaluación hace que, muchas veces, perdamos de vista algunos aspectos importantes. Así como algunos médicos pierden la perspectiva de dolor del paciente o los servidores públicos olvidan su función de servicio; nosotros, a veces, nos preocupamos en asignar puntajes al trabajo de los estudiantes para saber si pasan o no el nivel de aprobación, antes que estar pensando en el aprendizaje.

Esta miopía al mirar el proceso de evaluación es muchas veces acrecentada por el mismo estudiante, quién (con mucha frecuencia) está más preocupado por aprobar el curso, antes que valorar las capacidades que va logrando conforme avanza en su formación.

La evaluación es un tema que me ha preocupado: no solo como docente, sino también en mi experiencia en los procesos de acreditación. Hace un tiempo encontré una definición que decía que evaluación es “un proceso sistemático de recojo de información respecto a la forma de trabajo de la institución educativa, en relación con unos criterios o referencias, para formar juicios de valor acerca de una determinada situación y tomar decisiones.” en donde a cada una de las palabras subrayadas se les puede encontrar equivalentes o explicaciones (por ejemplo criterios o referencias pueden ser los criterios de acreditación de ABET o las rúbricas del curso IND214), pero la parte sobre la que ahora quiero que reflexionemos es sobre “formar juicios de valor… y tomar decisiones”.

Como docentes, la evaluación debe servir para formarnos un juicio de valor de lo que nuestros estudiantes han logrado, pero también sobre lo que nuestras estrategias de enseñanza permiten lograr, y debe servir para tomar decisiones importantes sobre la mejora de nuestra estrategia de enseñanza, antes que solo estar calculando el porcentaje de aprobados del curso.

En esta semana, que estamos en pleno proceso de evaluación para la acreditación con Icacit, debemos ayudar a que nuestros evaluadores se formen un juicio de valor sobre la realidad de nuestro trabajo, con sus buenas prácticas, y no tan buenas, de tal manera que nos ayude a identificar oportunidades para mejorar, antes que solo estar pensando en si nos acreditan por 3 o 6 años.

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