A medida que surgen nuevas variantes de la COVID-19, la recuperación para el sector de viajes y turismo se vuelve menos lineal. Las prohibiciones de viajar, las restricciones y los nuevos protocolos sanitarios siguen planteando retos, y la pandemia puso de manifiesto los fallos y limitaciones de los modelos turísticos basados en el volumen. En su lugar, los valores sociales y medioambientales primarán en las nuevas estrategias. A medida que los destinos de todo el mundo comienzan a abrir sus servicios lentamente, protegiendo a las comunidades locales y preservando los medios de vida, los consumidores, las empresas y los gobiernos son cada vez más conscientes de la necesidad de dar prioridad a los valores sociales y medioambientales y también a las personas y al planeta.
En este sentido, se considera que el turismo doméstico puede ayudar a la recuperación del sector a corto y medio plazo, pero un cambio radical será esencial para crear resiliencia y agilidad para el futuro. Por otro lado, las empresas de viajes y turismo están uniendo fuerzas para declarar una emergencia climática de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas (ONU). De esta manera, las transformaciones sostenibles serán un factor importante en el futuro para garantizar que las empresas y las comunidades puedan prosperar en una época posterior al cambio climático.
En respuesta a esta coyuntura, se hace necesario adoptar una transformación social y ambiental ecológica con la finalidad de revalorar los ecosistemas en los viajes. Bajo estas condiciones, las tendencias del flujo turístico apuntan a una baja concentración social y una alta carga de contacto con la naturaleza, en donde el aprovechamiento de la agrobiodiversidad a través del turismo, se convierte en una oportunidad concreta para reactivar destinos turísticos. Una gran mayoría de provincias en las regiones cuentan con importantes atractivos turísticos que pueden generar diversas actividades conexas, en la medida que la población de las principales ciudades, pueda acceder con facilidad a las provincias y distritos de dichas regiones. La oferta de servicios de alto valor para el cliente puede ayudar a recuperar las economías de estas mismas y, en particular, el vínculo entre turismo, gastronomía y producción orgánica puede constituirse en una opción válida. Por ese motivo, la innovación tecnológica en los sistemas agroalimentarios gastronómicos es clave.
Por tanto, esta oportunidad se puede abordar con la aplicación de instrumentos tecnológicos para crear una experiencia inmersiva que compenetre al visitante con las bondades del medio, generando así un impacto para su involucramiento en el proceso de revalorización de nuestros recursos. Esto, a necesidad de generar un canal de retribución económica para la población local que sirva como incentivo a la conservación de la agrobiodiversidad.
El uso de TICs, técnicas de Inteligencia Artificial e Investigación de Operaciones en una plataforma digital inteligente, permitirá integrar a los actores en un sistema agroalimentario gastronómico. La adecuada gestión de este sistema, permitirá que el turista obtenga la información necesaria de un destino turístico para la planificación de su visita, es decir, el acceso a una ruta inteligente en un tiempo dado que combine los atractivos turísticos, la gastronomía y la agricultura orgánica practicada por pequeños productores. Además, la obtención de datos y los que ya existen en las regiones, permitirán realizar estudios y explotación de los datos almacenados para identificar la demanda y promocionar los destinos turísticos de las regiones. Una iniciativa con mucho potencial.
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