Desde que comenzó la pandemia de la COVID-19, hace casi 20 meses, se cerraron la mayoría de campus universitarios, lo que obligó a las instituciones a promover la educación en entornos remotos. Entre muchos factores a considerar, la vida de los estudiantes cambió y muchos se vieron obligados a hacer “malabarismos” entre sus estudios, responsabilidades familiares, trabajo y la ansiedad provocada por la crisis sanitaria y económica mundial. Sin embargo, esto fue una oportunidad para que los profesores vieran de cerca la complejidad de la vida de sus estudiantes y se dieran cuenta de los contextos disímiles en los que viven; incluso, los más comprometido requerían de cierta flexibilidad para que la educación a distancia pueda adaptarse a sus vidas actuales.
Los artículos contemplados en esta compilación principalmente exploran algunas de las formas en que las universidades, profesores y estudiantes están reconsiderando las características de la educación para contar con más flexibilidad sin comprometer la calidad del aprendizaje. Estas publicaciones examinan la introducción de las nuevas tecnologías, los cambios en las actitudes de los profesores y la importancia del cuidado. Algunos títulos de los artículos compartidos son los siguientes: “Estudiantes quieren mantener aprendizaje en línea post-pandemia”, “Aumenta la confianza del profesorado en el aprendizaje en línea”, “La opción HyFlex para la educación”, “Líderes del aprendizaje en línea para priorizar la flexibilidad post pandemia”, “Reinventar la educación superior para la era del trabajo flexible”, “Aprender de los estudiantes”, “Los avances en accesibilidad deben convertirse en prácticas de aprendizaje duraderas”, “Un marco continuo de trabajo remoto”.
Precisamente, el artículo “Un marco continuo de trabajo remoto” desarrollado por Edward J. Maloney y Joshua Kim, resume algunos puntos que pueden incorporar instituciones de educación superior para tomar decisiones estratégicas vinculadas con el trabajo remoto en el contexto COVID. En este artículo, se presenta un modelo que está disponible en versión CC y que cualquier institución interesada puede utilizar.
Además, el artículo resalta un modelo ya presentado previamente por los autores (“La universidad de baja densidad”), un lente para entender cómo funciona el trabajo académico, así como para comprender el futuro potencial del proceso de enseñanza y aprendizaje. También, señala que las decisiones de las unidades académicas del campus para pasar a alguna versión de trabajo remoto e híbrido sirven tanto para crear baja densidad en la universidad como para cambiar cursos presenciales a mixtos (presencial y en línea).
Una de sus principales conclusiones muestra que el marco continuo del trabajo remoto ayuda a demostrar que la decisión sobre dónde trabaja el personal académico no es exclusivamente binaria. En lugar de pensar si el personal académico debe trabajar completamente de manera presencial en el campus o completamente de forma remota, se debería pensar en un rango que vaya de “más trabajo en el campus” a “más trabajo fuera del campus o remoto”. Según los autores, lo más probable es que durante la post pandemia, se terminará eligiendo entre modelos híbridos que se ajustan mejor, tanto a la universidad como a los mismos miembros de la institución. De cara al futuro, el modelo tradicional del campus puede terminar siendo la excepción, reservado exclusivamente para algunos casos especiales donde, por el tipo de trabajo, una modalidad híbrida no se pueda realizar. Como concluye el artículo, es importante pensar en los cambios que reflejan y refuerzan la evolución de la enseñanza y aprendizaje, y del trabajo académico, manifestados en nuevas modalidades como la híbrida o mixta.
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