Escrito por: Gabriela Salmón, especialista en salud pública y coordinadora temática de la sesión virtual: «Salud pública y crisis climática» del IX Kawsaypacha: Mesa de Reflexión Ambiental 2020.
Nada tan evidente para mostrarnos la fragilidad de nuestra especie como la situación a la cual nos ha llevado un microorganismo que requiere de nosotros para sobrevivir. Uno que además ha estado circulando en diversas especies hasta que se presentaron las condiciones adecuadas para el surgimiento de una cepa con características pandémicas. Nos muestra que la red de relaciones que nos devuelve la injuria al entorno, de la manera como sabe manifestarse. De la misma manera se presentan los impactos sobre nuestra salud debido a la crisis climática. Algunos de los efectos más dramáticos identificados en diversos reportes incluyen cambios en los patrones de enfermedades, especialmente las transmitidas por vectores, pero el mayor impacto está determinado por la inseguridad hídrica y la inseguridad alimentaria y los eventos climáticos extremos (Costello et al. 2009). Esta situación, así como la actual emergencia sanitaria, ofrece una serie de desafíos que son especialmente duros para el Perú.
El país es particularmente vulnerable a varios de los efectos de la actual crisis climática. El Perú ha registrado diez episodios de sequías graves desde 1981, eventos que se han presentado con mayor frecuencia a partir del año 2000 (Soto Pardo and Del Castillo P. 2013; “Senamhi: Perú registró 10 episodios de sequías severas en últimos 37 años” 2019). Los efectos de las olas de calor, inundaciones, contaminación, mayor transmisión de enfermedades infecciosas, eventos climáticos extremos como la manifestación del Fenómeno de El Niño, entre otros efectos del cambio climático tienen una influencia importante en el país. Asimismo, la fragilidad de nuestro entorno también se traduce en los determinantes sociales y ambientales de la salud. Finalmente, sabemos que contamos con un sistema de salud desarticulado, débil y escaso.
Sin embargo, los momentos de apuro también ofrecen oportunidades que debemos saber aprovechar. Actualmente, podemos contar con una visibilidad pocas veces otorgada a los avances e innovaciones en la ciencia. El desarrollo tecnológico y científico constituyen el pilar fundamental sobre el cual debemos construir adecuadamente las acciones de mitigación y adaptación indispensables para enfrentar el cambio climático. De igual modo, tomar medidas concretas y efectivas para sortear la adaptación al cambio climático, requiere un enfoque articulado de diversos ángulos y disciplinas, dada la complejidad de los impactos y las respuestas que ameritan.
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